Venimos de ser libro ∴ Makis de la fotografía ∴ Cocineras de imágenes ∴ Tahúres del error ∴ Catalejo social ∴ Reinas de las luciérnagas ∴ Vintage del futuro ∴ Patio de ideas ∴ Locos por lo local ∴ Aspiradoras de esquinas ∴ Cirujanos de maquetas ∴ Noctámbulas del seminario ∴ Lobas inteligentes ∴ Ojipláticos transgresores ∴ Gramajasotzailes ∴ Budistas del papel ∴ Resistentes al individualismo ∴ Fans del tobogán ∴ Fashions de las transparencias ∴ A sangre ∴ Tejedores de lo colectivo ∴ Generatrices de un cuerpo ∴ Diógenes de fotozines ∴ Celestinas del archivo ∴ Reveladores de lo invisible
Resbaladero es una publicación de fotozines autoeditada que nace en 2023 en Vitoria-Gasteiz con el objetivo de abordar fotográficamente diversos temas de ámbito local bajo una mirada abierta, crítica y reflexiva. Apostamos por la creación colectiva y por el papel como soporte. Puntualmente colaboramos con otras personas y colectivos creativos del tejido local. Nos proponemos crear un cuerpo de fotozines que recoja diferentes narrativas relacionadas con nuestro tiempo y nuestro territorio.

Resbaladero da nombre también al colectivo de fotógrafas y fotógrafos que estamos detrás de este proyecto:​​​​​​​
RESBALADERO (RAE)
1. adj. Dicho de una cosa: Que se resbala o se escurre fácilmente.
2. adj. Dicho de un lugar: Que presenta riesgo de resbalar fácilmente.
3. m. Lugar resbaladizo.
4. m. Situación que puede provocar un desliz moral.

(Diccionario de americanismos, ASALE)
m.  Tobogán, deslizadero artificial en declive por el que las personas, sentadas o tendidas se dejan resbalar por diversión.
m.  Cantina en donde se vende y consume bebidas alcohólicas, en especial aguardiente.

(Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737))
m. Metafóricamente se toma por lo que es causa o motivo de algún daño espiritual.

Cuesta del Resbaladero hacia el año 1930 - Autor: Ceferino Yanguas - Fuente: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz.

Cuesta del Resbaladero (Vitoria-Gasteiz): Tramo en cuesta de la calle de Los Fueros en Vitoria-Gasteiz que cae desde el Casco Viejo de la ciudad, conocido así desde antes de 1887, término que resistió oficialmente hasta 1929. No hay vitorian@ de toda la vida con más de cincuenta años que no haya descendido alguna vez durante los días duros de invierno con una tabla, un saco, un plástico o un trineo la bajada de puro hielo que ha registrado más caídas y accidentes de la ciudad.
El tiempo es una apisonadora que aplasta los recuerdos. En su impagable volumen 'Travesía de Vitoria', nuestro inolvidable cronista Carlos Pérez Uralde dedica un capítulo a este rincón vitoriano bajo el título 'los buenos días perdidos'. Habla de los trompazos de las señoras endomingadas y sus abrigos soberbios y de los vehículos que a toda velocidad bajaban la pendiente con el pasaje horrorizado. Pérez Uralde recuerda que cuando comenzaban las algaradas callejeras reivindicativas en los años setenta «era preceptivo que el tinglado-kiosco del guardia se despeñara rodando por el Resbaladero como señal inequívoca de que quedaba inaugurada la batalla».
De manera menos dramática, José Ramón Agiriano tenía en el Resbaladero y la calle Fueros su geografía infantil de juegos. Allí se hacían los tratos sobre el ganado y las apuestas sobre quién daba menos saltos para cruzar la calle. «Yo veía esas cosas con las que se entretenían los adultos, pero nosotros preferíamos las carreras a ver quién era más rápido subiendo la rampa. Uno de nosotros con la bicicleta y otro corriendo. No había coches y se podía hacer sin peligro», narra.
(Texto extraído del blog Vitoria en fotos)
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